El Gallo de Barcelos es el símbolo nacional de Portugal y muchos de los que hemos ido a Portugal tenemos uno, ya sea de madera, de otro material o de esos que cambian de color. Lo cierto es que es uno de los recuerdos más tradicionales y relacionados con este hermoso país. La leyenda de este gallo es ciertamente curiosa, pero al mismo tiempo trágica. Según nos cuenta la leyenda, fue un peregrino gallego el encargado de introducir esta tradición del gallo, pero lo hizo sin querer y por desgracia justo antes de morir ahorcado.

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Este peregrino gallego estaba haciendo el Camino de Santiago y se le acusó de robar algo de plata, por lo que que por aquella época estaba de moda la horca. Justo antes de morir en la hora fue a ver al juez, que estaba comiendo un gallo. El gallego le dijo que como prueba de su inocencia, una vez que hubiese sido ahorcado, el gallo se levantaría y cantaría, algo imposible porque ya estaba bien hecho y era la comida que se estaba comiendo el juez. El juez no le creyó y dejó que lo ahorcaran.

En estos momentos vio que el galló se levantó y empezó a cantar, tal y como había dicho el peregrino gallego. De repente se levantó para intentar evitar que lo ahorcaran. Curiosamente el nudo de la horca no estaba bien hecho y el gallego se salvó. Finalmente resultó ser inocente y lo dejaron ir, pero no sin antes esculpir un crucero con el gallo, que desde entonces se convirtió en un símbolo de Portugal, gracias a esta leyenda tan curiosa y tan sorprendente, aunque no deja de ser simplemente una leyenda.

Foto|Flickr

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